lunes, 25 de marzo de 2013

EL APRENDIZAJE DEL PROTAGONISMO


El reconocimiento de las propias potencialidades y las potencialidades de la acción colectiva.
Somos esa trama que se reconstruye, con nuestras prácticas desde hace años resistimos a la fragmentación y hoy tenemos como capital las muchas experiencias de acción colectiva que supimos y pudimos construir.

También somos los que nos hemos dado el lujo de parar y mirarnos, de darnos el tiempo para la conversa, para el encuentro, como nos enseñaran los compañeros del Movimiento Campesino de Córdoba, y allí descubrir que cosas queríamos cambiar, abolir y nos animamos a continuar  transformándonos. Curarnos las heridas, cuidarnos.

Esas experiencias nos paran en un horizonte de posibilidad creadora, de capacidad política transformadora. 
Jugamos y trabajamos con niños, niñas y adultos y adultas, recreamos con jóvenes nuevos espacios de libertad, construimos nuevos espacios de pertenencia, nos proponemos poner el cuerpo en situación placentera, festejamos, compartimos la comida, conversamos, discutimos, sumamos a vecinos y vecinas a la experiencia de hacer con otros sabiendo porqué  y para que hacemos lo que hacemos. Sea huerta, reciclado de objetos, cuidado del río, revista, video o teatro.

Donde hay violencias, faltas, vulnerabilidades ponemos palabras, cuerpo, escucha, compañía, vínculos, sostenes. Lo que hacemos no es pequeño, lo que hacemos es cercano. En ello radica una renovada legitimidad de nuestras prácticas.

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